No hagas bomba de humo y desaparezcas.   
Bomba de Humo

No hagas bomba de humo y desaparezcas.   

La importancia de la Despedida en el Periodo de Acogida. 

Durante estos días muchos niños y niñas comenzarán por primera vez en la escuela o volverán a las aulas si es que ya han estado escolarizados antes. Da igual que sea la primera de su vida o la sexta, siempre será la primera de ese año.  

Los periodos de adaptación a lugares o situaciones nuevas siempre traen emociones revueltas, ya sea para bien, muchas ganas, alegría de volver a ver a los amigos… O no tan buenas. Ansiedad, miedo o unas expectativas distanciadas de la realidad. 

De esta forma muchas familias lo pasan muy mal estos días. Están divididos entre la necesidad de dejar a sus peques en el cole o escuela y el saber que tendrían que dedicar más tiempo a esa acogida, aunque muchas veces no lo tienen. Tanto más si sus hijos son muy pequeños o es la primera vez que se separan de ellos. 

Todos los años las familias nos piden tips para estos días. Pero en realidad lo que nos solicitan son fórmulas mágicas para que los peques no lloren. Y al final muchos padres creen que haciendo “bomba de humo” como un mago y desaparecer es lo mejor. Muchas familias desaparecen de la vista su peque cuando están despistados o jugando, pensando que es lo mejor para evitarle ( evitarSE) un mal rato y el sufrimiento de la despedida. 

Como yo no veo que mi hijo llore, pues es que no lo habrá pasado mal.  

Como decía mi abuela… Ojos que no ven, corazón que no siente…. 

¿Quién está evitando pasarlo mal? ¿tú? o ¿tu hijo? Tu hijo se queda llorando igual, aunque tu no veas. Pero eso sí. Tú no lo sufres. Tú no lo acompañas. Tú no te haces cargo de la necesidad de tu hijo. 

 

¿Qué siente tu peque cuando haces bomba de humo y desapareces?  

 

Pero ¿Qué siente tu hijo o hija cuando desapareces? 

Todos los años damos recomendaciones, grabamos un vídeo y les hacemos llegar información sobre este momento del año. Incluso hacemos sesiones de acompañamiento familiar. Como la que tienes aquí. 

Y todos están muy concienciados. Todos están super dispuestos a seguir las recomendaciones… Hasta el día en cuestión. 

Has estado parte del mes de agosto hablando con tu peque sobre la escuela, anticipándole lo que va a pasar. 

Llega el día en cuestión y os levantáis con tiempo de sobra, salís de casa con tranquilidad, con tu peque de la mano, le vas contando tranquilamente lo que va a pasar cuando llegue a la escuela o al cole, llegáis, lo dejas en la puerta de la clase, o se lo das a la profe, le sueltas la mano y de repente… ¡puff!¡Bomba de humo! 

Te has esfumado como por arte de magia porque te da pena ver a tu peque llorar. 

Tu peque se da la vuelta, te busca con la mirada donde estabas hace solo un segundo… pero ya no estás ahí. ¿A dónde ha ido mi madre o mi padre? ¿Volverá? ¿Cuándo?  

Se sentirá abandonado, engañado. 

No es capaz de entender que estarás de vuelta en un momento o un rato. Sólo comprende que tú, SU PERSONA de quien depende su supervivencia y seguridad, ha desaparecido. 

No sabe si volverás ni cuándo, cree que puede perderte. Siente Miedo. 

 

¿Qué es la ansiedad por separación? 

 

La ansiedad por separación aparece en torno a los 9 meses de edad, es evolutiva, y completamente normal. De hecho, es un avance dentro del desarrollo de nuestro bebé. 

Significa que hemos creado un vínculo afectivo seguro y que somos su persona de apego.  Hasta ahora nuestros hijos e hijas sienten que ellos y nosotros somos uno, y desde este momento empiezan darse cuenta de que sus personas de referencia en realidad son independientes y esto les provoca ansiedad. 

Por eso, sufren tanto cunado no nos ven, sobre todo porque no saben ni cuándo, ni si volveremos.  

No tienen noción del tiempo. No saben qué significa. Si no estamos, si no nos ven, piensan que hemos desaparecido y aún no están preparados para entender que volvemos más tarde.  

La ansiedad por separación forma parte de su desarrollo y va desapareciendo a medida que las criaturas crecen. Mas o menos desaparece en torno a los dos años de edad cuando empiezan a entender que los padres podemos no estar al alcance de su vista ahora, pero que vamos a volver después. 

Entonces ¿Qué tenemos que hacer para que sientan que no les abandonamos? Lo que tenemos que hacer que sientan con nuestros actos es: 

-Que somos confiables (es decir que hacemos lo que decimos) 

-Que el lugar donde les dejamos es confiable. 

-Que vamos a volver después. 

    Despedida en el periodo de acogida   

Despedirse de los niños disminuye el grado de ansiedad y afianza los vínculos de confianza. 

 

Despedirse de los niños es muy importante como te contamos en este artículo sobre el periodo de acogida. 

Porque al menos sabrán que volveremos. Incluso cuando son bebés, aunque pensemos que no nos entienden. La gran mayoría de la información que damos a nuestros hijos es hijas es a través del lenguaje no verbal no de lo que les decimos.  

Nuestra sonrisa, nuestra calma, nuestras palabras en la despedida, les dará confianza e irán integrando que nos vamos, pero que siempre volvemos. 

Si te despides, tu peque probablemente llorará (o quizás no) pero lo que le demostrarás es que haces lo que dices. Le anuncias que te vas y vuelves. Y lo CUMPLES. Le demuestras que eres una persona confiable y esto le dará seguridad. Esto afianza los vínculos que estás construyendo con tu hijo o hija. 

En resumen, lo mejor que podemos hacer es despedirnos de nuestra hija o hijo, siempre y explicarles lo que va a pasar para no añadir más angustia al hecho de la separación. 

 

¿Cómo me despido en el periodo de acogida? 

 

Al contrario de lo que muchas personas piensan, despedirse es un ritual que nos hace sentirnos más confiados. Incluso a los adultos. Y en el caso del periodo de acogida, este ritual les hará sentirse confiados y seguros con el pasar de los días, e irán interiorizando que es un momento que forma parte de la rutina diaria. 

  • No te vayas nunca sin despedirte: Despídete siempre, aunque tu peque esté jugando “entretenido”. Despídete con una despedida afectuosa, corta y clara. Explícale tranquilamente y con palabras sencillas (si, aunque creas que no te entiende, cuéntaselo) que te vas pero que volverás en un rato a por él o ella.  A los bebés y niños y niñas de pocos meses también, aunque no tengan lenguaje. Nuestro lenguaje corporal les dice mucho más de lo que les decimos con palabras. 
  • No hagas una despedida larga: No hay que quitarle importancia a la despedida, pero tampoco hay que montar un drama y quedarnos ahí media vida. Así solo conseguirás alargar el mal momento.  Ponte a su altura y cede a tu hijo de forma activa a los brazos del acompañante, facilita que éste pueda acogerle una vez te hayas ido.  
  • Anticípale lo que va a pasar: Dale a tu hijo brevemente una referencia concreta de quién y cuándo volverá a buscarle (vendré después de la siesta o después de la comida…).  Esto le ayuda a anticipar y saber en qué momento del día vuelves.  Evita los chantajes de cualquier tipo (si no lloras, té compraré… o te traeré…; si lloras, me podré triste).  Y hazles saber todo esto a la familia extensa que pueda venir a buscarle para ir todos en la misma línea. 
  • Sé puntual en la recogida: Cuanto más predecibles y constantes seamos, más seguridad y calma les estaremos transmitiendo. Podrán ir anticipando cuando vendrás. 

La despedida no implica que tu hijo o hija no vaya a llorar los primeros días de acogida y vinculación en la escuela o en el colegio. Es al

go inevitable la mayoría de las veces, sobre todo cuando no se ha separado nunca del núcleo familiar. Es entendible que tengan angustia estos primeros días.  No nos engañemos. Nosotros adultos, también los tenemos. 

No obstante, esto será mejor cuanto más y mejor sea el periodo de vinculación en un centro. Si has podido pasar tiempo dentro de la clase con el acompañante, creando vínculos entre casa y escuela, y dejando que tu peque vea esa creación de vínculos entre tu (su persona favorita) y el espacio nuevo donde va a quedarse, todo se vuelve más sencillo. 

Con el pasar de los días haciendo todos los días la misma rutina, el peque estará en clase cada vez mejor. Pero sobre todo con la seguridad de que tú vendrás después. 

Despedirse de tu hijo no implica que no vaya a llorar los primeros días, pero tú le estarás dando seguridad mostrándole que eres confiable. 

 

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AUTORA: Marian Rodríguez. Mamá de dos y Maestra en Educación Infantil y Primaria.

8 de septiembre de 2024
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