Los niños de Alta Demanda: ¿Existen de verdad?  
Niños de Alta Demanda: ¿Existen de verdad?

Los niños de Alta Demanda: ¿Existen de verdad?  

Los niños y niñas de alta demanda: ¿existen de verdad? Hace años escuche por primera vez de boca de una mama que su peque era de “alta demanda” ella decía que requería más atención, era más intenso o lloraba mucho y la llevaba al límite de lo soportable. Era un peque que según lo que contaba su madre de él, asustaba un poco. Después tuve al peque en clase, y el niño en cuestión tenia los comportamientos esperables para la edad. Lloraba cuando necesitaba del adulto, acudía a ser abrazado o pedía contacto físico cuando lo necesitaba, saltaba de un juego a otro sin quedarse mucho en cada uno. No pude ver ningún rasgo que me dijera que ese peque era diferente a otros de los que tenía en el espacio conmigo.  

En el entorno del peque o bien la trataban ella como una exagerada, o bien tenían como me había pasado a mi “miedo” del bebe y le tachaban de “consentido” ¿cómo había tanta diferencia entre lo que decía la madre y lo que yo veía? Desde mi punto de vista la diferencia era lo que cada una esperábamos del peque. 

Con esto no quiero decir que los niños y niñas de alta demanda no existan. Pero sí que el termino ha pasado a ponerse tan de moda que muchos bebes están siendo etiquetados sin serlo. Pocos de los que he visto en mi experiencia profesional lo han sido realmente. Muchos estaban detrás de familias que esperaban imposibles, familias muy mayores o cansadas, y la mayoría familias que no sabían cómo acompañar mejor a sus hijos e hijas. 

Así se habla de los niños de alta demanda como una categoría especial dentro del mundo de la crianza. Los definen como “un bebé que parece requerir más atención, cuidado y paciencia de lo que se considera «normal». Pero hay que tener en cuenta que lo “normal no es para todos los mismos, y que cada peque es diferente de otro. Habría que hablar mejor de lo que es “esperable” teniendo en cuenta su edad o el momento evolutivo. Quizás sí sabemos lo que pasa en la evolución de nuestros hijos no pidiéramos peras al olmo. 

¿Cómo son los bebés y los niños de alta demanda? 

Lo primero que hay que decir y lo más importante es que los bebes de alta demanda son completamente “normales”, en el sentido de que no tienen ninguna enfermedad o patología. No son bebés a los que tener miedo por ser problemáticos ni tampoco están “consentidos”  

Los bebés de alta demanda son aquellos que desde el nacimiento son más demandantes, necesitan más atención, cariño y dedicación. Muestran una intensidad mayor en varios aspectos de su comportamiento y necesidades. Estos bebés suelen ser muy sensibles, activos, demandantes de atención y pueden tener dificultades para calmarse. A menudo, prefieren estar en brazos y les cuesta adaptarse a horarios regulares de sueño o alimentación. 

Las familias de niños de Alta Demanda a menudo se ven sometidos a las críticas: “Le coges mucho”, “le mimas demasiado”, “te tiene tomada la medida…”. Estos comentarios son muy habituales para este tipo de niños y a las familias les hacen sentirse culpables, con la permanente sensación de que están haciéndolo mal. Otros dirán que todos los pequeños piden atención, y es cierto. La realidad es que no hay ninguna causa para que un peque sea de alta demanda, solo su carácter y personalidad, Pero la intensidad de un bebe o niño de alta demanda se encuentra en otro nivel, y eso solo lo saben sus padres. 

Las familias de los peques de alta demanda tienen que tener una educación más implicada donde habrá que dar más atención y apego. Es un niño que necesita más atención y cariño, por lo que también requiere de más dedicación y tiempo. No hay que olvidar que toda demanda de amor de un niño es una demanda de amor. No obstante, no elimina la necesidad de ponerles límites y normas, necesitan el mismo marco de seguridad con limites firmes y claros que cualquier otro niño. 

Características comunes de los bebés y peques de alta demanda. ¿Cómo son en realidad? 

  • Intensos: Expresan sus emociones de manera intensa, ya sea alegría, frustración o incomodidad. Ponen mucha energía en todo lo que hacen, ya sea comer, reír o llorar y da la sensación de que nunca se quedan satisfechos. 
  • Muy activos: necesitan estímulos de forma constante. Tienen una mente que siempre está preparada para absorber su entorno. 
  • Absorbentes en el contacto físico: Prefieren estar en contacto cercano con sus cuidadores. Necesitan que les toquemos, que estén en brazos, necesitan mucho cariño y juego. Muchos necesitan ser porteados para mantener un contacto constante. E igualmente siempre parecen querer más. 
  • Dificultades para calmarse: Pueden tardar más en calmarse después de una situación estresante. Y nos necesitan para poder hacerlo. No se calman solos. 
  • Alta sensibilidad: Son muy sensibles a estímulos como ruidos, luces y cambios en el ambiente. Se sobresaltan con ruidos, reaccionan exageradamente a cualquier situación extraña y lloran enseguida. 
  • Son muy sensibles a la separación de sus cuidadores. No suelen aceptar a otros y suelen anteponer a su cuidador/ cuidadora principal a todos los demás (incluso a papa) 
  • Comen a menudo y tienen un sueño muy ligero. No les gusta dormir solos porque necesitan contacto día y noche. 
  • Insatisfechos. Como si nunca estuvieran contentos con lo que tienen. 
  • Impredecibles. Cuando los padres creen conocer a su peque y cómo satisfacerlo, surgen nuevas situaciones y es necesario investigar nuevas soluciones. 

 

Cómo Diferenciar a un niño Hiperactivo de uno de alta demanda. 

A partir de primaria entre los 6 y los 7 años es cuando se suelen diagnosticar los casos de tdh. Se suele esperar a este momento porque al comenzar esta etapa se les suele pedir un nivel de atención mucho más prolongado y eso los peques de alta demanda pueden llevarlo, pero al peque con TDH le cuesta. El peque de alta demanda será un niño muy movido, con mucha energía, dormirá poco pero no tendrá la impulsividad típica del tdh o problemas en las relaciones sociales. 

¿Qué necesitan los niños de alta demanda? Cómo podemos acompañarlos mejor. 

Criar a un niño de alta demanda puede ser agotador, pero también gratificante una vez que comprendes sus necesidades únicas.  

Lo primero y fundamental que necesitan los niños y las niñas de alta demanda es comprender su forma de ser, que se entienda su carácter y se respete. Entender su carácter y temperamento y acompañarlos lo mejor que podamos sin juzgarles y sin prejuicios. 

Como madre o padre es importante darte cuenta de cómo es tu hija o hijo, aceptarle tal y como es sin intentar cambiarle o compararle con otros o con sus hermanos. Cada uno de tus hijos necesita algo diferente, al igual que todas las personas no necesitamos lo mismo. 

  1. Acompañamiento amoroso: Responder a sus necesidades de forma sensible. Responde rápidamente a las señales de tu hijo para crear un sentido de seguridad y confianza.
  2. Guíale sin intentar cambiarle: Asume como es tu peque y guíale desde el amor y la comprensión sin juzgar e intentar cambiarle. 
  3. Establece rutinas: Aunque los bebés de alta demanda pueden no seguir horarios estrictos, establecer rutinas predecibles puede ayudarles a sentirse más seguros. Y lo mismo ocurre con los peques más mayores. Pese a flexibilizar las rutinas les permitirá adaptarse mejor a los cambios. 
  4. Límites y normas: Los limites (con amor, pero firmes) son fundamentales para que tengan un marco de referencia y confianza.  
  5. Apoyo emocional: Reconoce y valida las emociones intensas de tu hijo, ayudándole a desarrollar habilidades para regularlas. Nosotros somos sus reguladores emocionales, y más si tu peque es de alta demanda. 
  6. Abrir el paraguas de las critica:  No te creas que tienes “culpa” de nada. Busca a otras familias que puedan entender los desafíos de tu día a día, y ofrecerte consejos prácticos. Todos los niños piden lo que necesitan. Ni los niños manipulan ni los padres nos dedicamos a “malcriarlos”.   

La relajación dentro de las rutinas diarias. 

Y además es fundamental el papel de la relajación dentro de sus rutinas diarias. 

  1. Una hora diaria mínimo. Como mínimo de actividad de ocio al aire libre. Punto, las visitas a la naturaleza. Les vienen estupendo. Cuando tiene mucha necesidad de actividad, hay que proporcionarles espacio. En el exterior, haga el tiempo que haga. No hay mal tiempo, sino mala ropa, el niño así puede soltar su energía. Y enfocar hacia el juego. 
  2. Desactivación fisiológica. Estos peques muchas veces no saben parar. Tienen una pila que siempre está cargada y que a veces hay que ayudar a apagar. Necesitan otras estrategias como técnicas de relajación y meditación. Pero también buscar actividades. Que le relajen, que les ayuden un poco a desactivarse. Por descontado, la tecnología y las pantallas. No son buenos amigos de los niños de alta demanda y, por supuesto, antes de ir a la cama. Quitar las pantallas. Al menos. 1 hora antes de ir a la cama. Para estos peques es muy necesario. Así como las actividades tranquilas a última de día. Como pintar, hacer un puzle, lectura… o escuchar cuentos antes de dormir. Lo más importante es la observación, ver qué es lo que relaja tu hijo.

Qué no es un niño de alta demanda 

Es importante no confundir las características normales del desarrollo infantil con las de un niño de alta demanda. No todos los bebés que demandan atención adicional son necesariamente de alta demanda. Algunos bebés pueden necesitar más contacto físico o tiempo para adaptarse a nuevas rutinas, pero con el tiempo se ajustan sin mostrar las características intensas típicas de los niños de alta demanda. Y en el caso de los peques más mayores, muchas veces confundimos la “alta demanda” con el resultado de un mal apego, no haber puesto limites o formas de educación “adultocentristas” poco realistas en las que no se tienen en cuenta las necesidades de los niños y niñas y solo queremos que los niños hagan lo mismo que los adultos. 

 

En conclusión, criar a un niño de alta demanda puede ser un desafío, pero también una experiencia enriquecedora que requiere comprensión, paciencia y apoyo.  Y mucha mucha introspección como adulto para saber desde donde les estamos acompañando de verdad, si desde nuestra necesidad o la suya.  

Parece que solo vemos la parte más incómoda de estos peques, pero la otra cara del niño de alta demanda es maravillosa.  Porque, aunque sean agotadores a veces, demanden tanto y tan fuerte, y a veces nos generen ansiedad. Después tienen una personalidad arrolladora, son inteligentes, creativos, curiosos y muy muy perspicaces y ocurrentes. Además, se tiene un vínculo increíble con ellos, se les conoce y te hacen conocerte mucho mejor.  Toda esa personalidad que complica la crianza sobre todo en los primeros años, luego ves que se convierten en unas personas increíbles, perseverante, que lucharán por lo que quieren. Con una imaginación y creatividad es enorme.  Y es muy bonito verlo, aunque cuando estás inmerso en ello te cueste. Recuerda que cada niño es único y que lo más importante es brindarles amor y aceptación incondicional mientras se desarrollan en el mundo que les rodea. 

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AUTORA: Marian Rodríguez. Mamá de dos y Maestra en Educación Infantil y Primaria.

21 de julio de 2024
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