¿Mentir o no mentir sobre Papá Noel? La verdad, la magia y lo esencial según Montessori
mentir a los niños sobre papa noel

🎄 La Navidad, Montessori y la magia: ¿Cómo lo vivimos sin perder ni la honestidad ni la ilusión?

Este año la Navidad ha llegado con un sabor distinto a casa, y no precisamente porque hayamos cambiado la decoración. No. Este año es diferente porque por primera vez toda la familia ya “sabemos” la verdad

Todo empezó hace unos meses, la pequeña (MI pequeña, esa que todavía dice “espachurrar” en vez de “aplastar”) perdió una muela. Todo normal. Carita de ilusión. Ratoncito Pérez. Almohada. Beso en la frente.

Pero de la manera más absurda y cotidiana: al Ratoncito Pérez se le “olvidó” pasar. Lo pongo entre comillas porque, aunque a día de hoy tenga una narrativa sólida para justificarlo, la realidad es que entre uno y otro la casa sin barrer, ¿“lo pones” tu?, venga vale, yo me voy a dormir… y nos dormimos los dos.

Pero al día siguiente…

Nada.

La moneda no estaba. Ni el regalito.
La magia… tampoco.


ZASCA.

Se me cayó el alma a los pies. Literalmente.
(Padres despistados nivel 3000: desbloqueado.)

Mi hija tenía esa expresión que mezcla duda, lógica y un poquito de ironía, pero más que enfadada estaba dolida. 

Intenté improvisar. Mala idea. Pero por suerte el universo de las madres despistadas me dio una segunda oportunidad y apareció el regalito “milagrosamente” debajo de la almohada, en un movimiento digno de misión imposible. 😅

Pero ya daba igual: el momento había pasado.

Pero claro, cuando un niño ya huele algo… huele algo. La semilla estaba plantada. Y esa semilla, como todas las semillas importantes, no tarda en brotar. Su padre y yo nos miramos y decidimos que era el momento. Llevábamos tiempo hablando de esperar a que se diera la oportunidad… y el momento había llegado. Se lo contamos.

Ella ya lo sabía. O mejor dicho: ella ya lo sospechaba desde hacía tiempo.

Y lo que vino después fue inevitable:

“Mamá… si el Ratoncito Pérez … ¿Entonces Papá Noel …?”

Silencio. “Si cariño. también”.

Días después, detrás de Papá Noel vinieron los Reyes Magos, la Estrella, los camellos, el roscón, el carbón. Toda una cadena lógica que, cuando empieza, no hay quien la pare.

Así que aquí estamos. Este año es el primero en que la Navidad tiene otro color. No menos mágico, no menos intenso, no menos emocional. Simplemente distinto. Más maduro. Más compartido. Más nuestro. Como si hubiéramos pasado juntas a la siguiente pantalla del videojuego emocional de la crianza.


mentir a los niños sobre Papá Noel

¿Te sientes menos culpable ahora que ya no tienes que mentir?

Hace unos días, contándole esto a una amiga, que también es madre me lanzó una pregunta que me pilló completamente desprevenida:

“¿Y ahora te sientes menos culpable?
Quiero decir… como ya no tienes que mentir…”

Culpable. Esa palabra con la que cargamos las madres como si fuera un accesorio gratuito que viene con el pack de crianza: culpa por trabajar, por no trabajar, por gritar, por estar cansadas, por disfrutar demasiado, por comprar regalos, por no comprarlos, por darles demasiada libertad o por darles demasiado poco. Culpables siempre. Pero culpable por la magia… esa sí que no me la esperaba.

Y ahí me salió una carcajada. Una grande.

Porque mira…He escuchado esta pregunta TANTAS veces. TANTOS años. Y es que detrás de su pregunta estaba el eterno debate que aparece cada año, en el mundo del acompañamiento familiar y de la infancia. Y es que todos los años suelo tener conversaciones donde inevitablemente sale este tema:


¿Es respetuoso “mentir” sobre Papá Noel?
¿Es Montessori compatible con los Reyes Magos?
¿Fomentamos fantasía… o engaño?
¿Daño… o ilusión?
¿Acompañamos… o manipulamos?

Y de repente pensé:
“Ok. Pues este año voy a escribir sobre esto.”
Porque quizá a ti también te ronda la misma idea.
O la misma culpa.

Spoiler: no, no me siento culpable. Nada. En absoluto. Ni un poquito.

Y no lo digo por justificarme.
Lo digo porque María Montessori lo dejó muy claro:

“No debemos mentir en lo esencial.”

Y esa frase es la columna vertebral de este texto. Porque yo no he mentido en lo esencial. Y aquí está lo importante de todo esto.

Montessori, fantasía y la gran confusión: NO es lo que mucha gente cree.

Hay un error extendido: que Montessori “rechazaba la fantasía”. Pero la realidad es más matizada. En sus escritos hablaba de no confundir al niño pequeño sobre cuestiones esenciales de su vida emocional o su comprensión del mundo. Pero jamás dijo que la imaginación fuera dañina. 

Al contrario: Lo que ella decía (y tiene sentido si lo miras despacio) es que en la primera infancia (0-6 años) es mejor priorizar experiencias reales que ayuden al niño a ordenar y comprender el mundo. 

Pero ella defendía el asombro, la exploración sensorial profunda, la belleza, la poesía que el niño descubre a través del contacto real con el mundo.

“Primero la realidad.
Luego, cuando el niño esté preparado… abrimos la puerta de la fantasía.”

Y ese matiz lo cambia todo.

Porque los niños, antes de los seis, no necesitan necesariamente historias mágicas…
pero tampoco se confunden por ellas si llegan de manera natural, desde la cultura, sin forzar, sin manipular y sin utilizar la fantasía para controlar su comportamiento.

¿Por qué?

Porque están construyendo su “yo” y su seguridad interior. Porque la realidad les basta y les sobra. Porque necesitan VER, tocar, oler, manipular, experimentar.

Pero eso no quiere decir que no puedas leer un cuento de dragones. Quiere decir que la fantasía no debería ser la base educativa en esos primeros años. Y aquí está la clave:
Para Montessori, la imaginación tenía que nacer de una base sólida de realidad. La fantasía no era peligrosa; lo peligroso era usarla para confundir.

Y entonces…. ¿Papá Noel…Y los Reyes…Y el Ratoncito Pérez…?

Papá Noel ( véase Reyes y Pérez) no confunde lo esencial. No modifica su seguridad afectiva. No altera la confianza profunda con la familia. No cambia su percepción del mundo real. Solo enriquece la metáfora de lo extraordinario. Y son parte de la cultura, y Montessori defendía la importancia de mostrar la cultura a los niños y las niñas.

El verdadero peligro no es la ilusión, sino utilizarla para manipular.
“Pórtate bien o no te traerán nada”. Eso sí es dañino. No por la magia, sino por la amenaza y la manipulación emocional.

Maria Montessori nunca prohibió a los Reyes ni a Papá noël, te cuento lo que decía Montessori con total claridad. Y te aviso: no es lo que mucha gente cree.

En una conferencia en 1948, dejó caer esta bomba suave:

“Hagan lo que quieran con Papá Noel. Pero no mientan sobre asuntos espirituales reales.”

Traducción :

“La fantasía navideña está bien. Lo que no está bien es mentir sobre lo esencial.”

No era un discurso anti-magia. Era un discurso pro-honestidad emocional.

Montessori insistía en algo que hoy resuena muchísimo en la crianza respetuosa:

La confianza del niño es sagrada.
La cultura forma parte de su vida.
Nuestra responsabilidad es acompañar sin forzar y sin engañar.

Montessori NO estaba en contra de los cuentos.
Ni prohibió hadas.
Ni denunció duendes.
Ni quemó dragones en una hoguera pedagógica. 

No prohibió hablar de Papá Noel.
No prohibió los Reyes.
No prohibió juegos simbólicos ni rituales familiares.

Solo pedía coherencia. Coherencia y respeto. Ahí sí hay que ser muy Montessori: respeto, honestidad emocional, y cero chantaje.

 

🌿🎁 Entonces… ¿mentimos o no mentimos?

Creo que esa no es la pregunta. Creo que la pregunta real es:

¿Qué tipo de relación estamos construyendo con nuestros hijos?
¿Una basada en el miedo o en la confianza?
¿En la culpa o en el acompañamiento?
¿En la amenaza o en la complicidad?

La magia no daña. La mentira en lo esencial, sí. Y para mí, lo esencial sigue intacto.

Sé que hay muchas personas que no piensan como yo en este mundo del acompañamiento respetuoso y de las pedagogías activas, pero creo Los adultos “jugamos” este juego porque: También nos aporta a nosotros la ilusión ( bastante hay ya con el día a día), conecta generaciones, construye recuerdos y nos hace sentir parte de algo más grande. Y además a los niños y niñas les encanta, les da pertenencia, les genera emoción y les  conecta con el misterio. 

Yo creo que “en el medio está la virtud” como decía mi abuela, y como padres y madre sabemos cuando decimos una trola enorme y cuando no. Para mi, la magia no es mentira, es en navidad  un pacto familiar, un símbolo compartido, un ritual.

Pero puede ser que esta culpa como padres y madres nos venga de una  gran herida generacional.

Porque muchos de nosotros recordamos ese momento exacto en el que nos contaron “la verdad” y sentimos que nos habían quitado algo.

Pero Montessori no hablaba de no contar magia. Hablaba de no utilizar la magia para manipular.

mentir a los niños sobre Papá Noel

🫶 La gran pregunta: ¿puede convivir Montessori y el acompañamiento respetuoso con la magia?

Sí.
Rotundamente sí.
Pero depende de cómo lo hagamos.

Te cuento lo que hemos hecho en casa, desde la imperfección más absoluta y desde la experiencia de años acompañando familias:

🌟 1. No negar, no alimentar

Si ellas no sacan el tema, no lo saco yo. Si preguntan, devuelvo la pregunta:
—¿Y tú qué crees?

Y ese simple gesto abre puertas, no cierra.

🌟 2. Acompañar sin dirigir

Si quieren ritual, hay ritual. Si quieren galletas para el reno, pues galletas. Si quieren escribir carta, escribimos.

Pero nunca añado más fantasía que la que ellas traen. Nunca construyo mentiras nuevas.
Nunca me invento pruebas falsas.

La cultura les llega sola: la escuela, los amigos, las calles, los escaparates, las películas…

 

🌟 3. Cuando preguntan de verdad… la verdad

Y esto es duro. Pero hay que esperar a que pregunten, y saber que cada hija lo va a recibir posiblemente de una manera diferente. En nuestro caso una lo recibió como una bofetada y la otra lo ha encajado suavemente con aceptación.

Todas válidas. Todas acompañables.

Lo importante en ese momento es mirar, sostener, validar:

—Entiendo que estés triste.
—Entiendo que te enfade.
—Era una tradición.
—No era para engañarte, era para divertirte contigo.
—Y podemos seguir haciéndolo si tú quieres.

Y entonces pasa algo precioso: La magia no muere, pero cambia de forma se transforma en amigo invisible, se vuelve  ritual, memoria, y complicidad.

Y este año seguiremos dejando  comida para los camellos. Y una nota para Papá Noel., igual que se la ha dejado otra vez al Ratoncito Pérez aunque ya sabía que la magia éramos su padre y yo.

 

🌙 Vale, pero… ¿y si no somos creyentes?

También aquí Montessori tiene algo que enseñarnos: mostrar la cultura, mostrar la naturaleza, mostrar la historia humana.

La Navidad es religiosa y cultural y estacional.

 

Puedes vivirla desde:

  • El solsticio de invierno.
  • Las celebraciones nórdicas.
  • La luz que vuelve.
  • Las Saturnales.
  • El Yule celta.
  • Las historias familiares.
  • Los viajes o descubrimientos que hayáis hecho en familia.
  • El calendario de Adviento.

Cada familia encuentra su forma. No hay una correcta.

 

mentir a los niños sobre Papá Noel

🧡 ¿Qué nos llevamos, entonces, de todo esto?

Yo creo que tres claves, muy simples pero realmente importantes que podemos extraer de la filosofía Montessori 

  1. No usar a Papa Noel ni a los Reyes ( o a otros seres mágicos, según en que lugar de España o el mundo vivamos)  como amenaza

Ni Papá Noel vigila. Ni los Reyes te están mirando, ni te va a traer carbón, ni la Befana juzga…

2. Responder con honestidad cuando llegue el momento

La confianza es más importante que la tradición.

3. Crear rituales familiares que duren más que la magia

Porque llega un día en que la fantasía cae…pero los rituales permanecen. Disfrazarse en fin de año. Hacer una visita a un mercadillo diferente cada año, viajar por navidad…

Y ahí está el verdadero regalo.

 

✍️ Navidad con niños desde Montessori: una guía sencilla.

  • Introduce la cultura, no la ficción inventada.
  • No fuerces ilusión: la ilusión llega sola.
  • Cuida las palabras: nada de “te están viendo”.
  • Habla de otras culturas y tradiciones.
  • Haced vida práctica juntos: cocinar, adornar, crear.
  • Observa qué necesita tu hijo: cada uno vive la magia a su manera.
  • Celebra el solsticio, celebra la luz, celebra lo que tenga sentido para tu familia.
  • Mantén siempre la honestidad como brújula.
  • Y recuerda: la magia no está en los regalos. Está en la relación.

Porque al final… Eso es Navidad.

 

La verdad y mi deseo para ti.

Este es el primer año en que mis hijas ya “lo saben”.  Y no solo no me siento culpable…
me siento agradecida.

Agradecida por haber vivido juntas toda la fase de la magia.
Agradecida por haberles sostenido la ilusión cuando la necesitaban.
Agradecida por haberles dado la verdad cuando la pidieron.
Agradecida porque ahora la magia ha cambiado de forma y sigue viva.

Ojalá este texto te acompañe y te de paz. Te deseo para estas navidades que recuerdes cada vez que dudes que no hay una  forma “perfecta”, de hacer las cosas, solo la tuya.

Y que la magia (la de verdad) nace donde hay honestidad, vínculo y presencia.✨

Feliz Navidad.

Aqui te dejo un Recurso recomendado sobre Montessori  Asociación Montessori Internacional. Y si quieres acompañar a tu hijo desde la filosofía Montessori,  en nuestras asesorías y acompañamientos podemos guiarte paso a paso para crear un entorno seguro, rico y estimulante. 

AUTOR: Marian Rodríguez. Mamá de dos, maestra de Infantil y Primaria, Asesora de familias y de centros educativos. 

 

22 de diciembre de 2025
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