El juego heurístico: descubrir, explorar y aprender
material juego heuristico

¿Qué es el juego heurístico y por qué importa?

El juego heurístico fue desarrollado por Elinor Goldschmied, pedagoga británica, en la década de 1970. 🌿

Goldschmied  diseñó esta propuesta  pensando en niños de 12 a 24 meses,, justo en la etapa en la que ya se sientan solos y empiezan a explorar activamente su entorno, aunque puede extenderse un poco más.  La idea surgió como continuación del famoso cesto de los tesoros y a partir de observar cómo los bebés interactuaban con objetos cotidianos, no con juguetes diseñados específicamente, y cómo estas experiencias fomentaban su curiosidad, autonomía y aprendizaje sensorial.

El término “heurístico” proviene del griego heuriskein, que significa “descubrir” o “encontrar por uno mismo”, reflejando la esencia del juego: permitir que los niños descubran, experimenten y aprendan a través de la manipulación libre de objetos reales.

Asi que el juego heurístico es una propuesta educativa que se basa en la exploración de objetos cotidianos, no diseñados como juguetes, sino con texturas, pesos, formas y materiales distintos que permiten al niño descubrir, combinar y experimentar.

Y es que, en realidad, este juego permite que los niños comprendan, de manera intuitiva, conceptos físicos, matemáticos y sociales sin necesidad de instrucción directa. Es una clase de física, geometría y sociología combinadas, pero presentada a través de la libertad y la experimentación.

El juego heurístico no sustituye otras actividades; las complementa. Es un espacio donde los niños ejercitan la autonomía, la concentración y la capacidad de resolución de problemas, mientras los adultos observamos, acompañamos y damos seguridad.

 

Preparar el espacio: menos es más

Un error común es pensar que para estimular a los niños hace falta llenar la sala de juguetes y estímulos. El juego heurístico nos recuerda lo contrario: la simplicidad es la clave. Para que funcione, necesitamos:

  • Materiales concretos, cotidianos y seguros.

  • Contenedores y bolsas para organizar.

  • Un espacio amplio, limpio y sin distracciones.

  • Un adulto atento y disponible.

Probablemente haya pasado horas (si las sumo todas) recolectando objetos en casa, del los bazares, de la naturaleza, y también pidiendo a amigos que me regalaran piezas inusuales: anillas de cortina, tapones, pequeñas botellas, esponjas, rulos… Parece un poco una locura y un poco de síndrome de Diógenes ( los maestros de infantil lo tenemos un poco ) , pero cuando los peques  se acercan a las bolsas  llenas de estos objetos, te sientes  parte de algo mágico. Cada objeto tiene vida propia en las manos de los peques, y yo he aprendido  con ellos a observar, a esperar, a dejar que prueben, a que unan, intenten  y fallen.

Los objetos: infinitas posibilidades

El juego heurístico se basa en tres tipos de elementos: objetos, contenedores y bolsas. Los objetos son cualquier cosa que pueda combinarse y explorarse: desde conchas y piñas hasta cadenas de metal o tapones de corcho. La belleza de estos materiales radica en su capacidad para ser interpretados libremente por los niños. Ellos deciden qué hacer con cada objeto: llenarlo, vaciarlo, apilarlo, alinearlo, lanzarlo, empujarlo… y cada acción es un aprendizaje.

Los contenedores —cilindros, cajas, botes— permiten que los niños experimenten con la capacidad, la relación entre objetos y el espacio. Las bolsas de tela, siempre manejadas por el adulto, permiten organizar y recoger los objetos, así les vamos enseñando a los peques nociones de clasificación y cuidado del material.

Observar a peques de apenas 18 meses emparejando cuidadosamente las tapas de tarros con los botes correspondientes  es fantástico. Lo hacen o lo intentan, porque saben que eso va a ahí, que hay una correspondencia y están probando. Me encanta ver cómo algo tan sencillo fomenta tanto su pensamiento lógico y coordinación motora. Es un ejemplo más de  que la autonomía se construye día a día, pieza a pieza, experiencia a experiencia.

 

La magia de la observación

En el juego heurístico, el rol del adulto es acompañar sin dirigir. El adulto no dirige, no sustituye, no interviene salvo que sea necesario.  La clave está en la observación respetuosa: ofrecer seguridad, espacio y tiempo para que el niño descubra, mientras se le nombra lo que observa si muestra interés.

Nuestra función como adultos es  acompañar: observar, ofrecer seguridad y sugerir cuando sea útil. Pasar tiempo sentada en el suelo , viendo a los niños explorar durante veinte, treinta minutos, completamente absortos, mientras yo simplemente les acompaño es super enriquecedor. La paciencia se convierte en virtud, porque el ritmo lo marca el niño, no el reloj.

El juego heurístico es también una lección de humildad para nosotros: debemos resistir la tentación de “enseñar” o “hacer por ellos”. Cada pequeño descubrimiento es suyo, y nuestro papel es presenciar con respeto, apoyar con mirada y palabras precisas.

 

Cómo organizar una sesión de juego heurístico

La preparación es casi más importante que el propio juego. Una sesión bien organizada permite que los niños se sumerjan completamente en la actividad, mientras el adulto observa y aprende sobre cada pequeño.

Para que el juego sea efectivo, la maestra o adulto debe preparar y sostener el ambiente:

  1. Selecciona los objetos: materiales naturales y seguros, de distintos tamaños, pesos y texturas.

  2. Prepara el espacio: un lugar tranquilo, con superficie firme y segura, donde los peques puedan moverse y explorar libremente.

  3. Coloca los objetos:  de forma atrayente y que inviten a jugar, por ejemplo pon una selección de materiales alrededor de cada contenedor…. dejando libertad para que los peques los toquen, manipulen y experimenten.

  4. Acompaña desde la observación: Ubicación estratégica, siéntate donde puedas ver y ser vista. No intervengas a menos que haya necesidad de mantener la calma; nombra objetos si el peque te lo solicita o te los enseña. Favorece un entorno tranquilo.

  5. Ajusta los materiales:  Ajusta los  materiales: retira objetos rotos, cambia algunos objetos de vez en cuando para mantener el interés y seguir estimulando la curiosidad. 

Integrando al grupo y la socialización

El juego heurístico suele desarrollarse en grupos pequeños (6-10 niños), lo que permite:

  • Observar modelos de acción: los niños imitan y aprenden unos de otros.

  • Practicar respeto y espera: compartir el espacio y el material requiere paciencia y negociación.

  • Favorecer la colaboración y la comunicación: aunque no siempre verbal, se expresan necesidades y acuerdos.

Yo he visto cómo niños de 18 meses enseñaban a otros más pequeños a encajar piezas o llenar botes. La cooperación surge de manera natural, sin imposición, y refuerza la autoestima y el sentido de pertenencia al grupo.

Dos fases, un aprendizaje completo

El juego tiene dos fases: exploración y recogida.

  1. Exploración y combinación: los niños manipulan los objetos, prueban combinaciones, experimentan con gravedad, peso, forma y sonido. Descubren propiedades físicas, aprenden causalidades y ejercitan concentración y paciencia.

  2. Recogida: aquí entra el adulto de manera más activa, verbalizando, orientando y acompañando en la clasificación y organización del material. Es un momento para trabajar lenguaje, conceptos y hábitos de cuidado y respeto por los objetos y el espacio compartido.

Recuerdo que en mis primeras sesiones, la recogida parecía un desafío imposible: niños dispersos, objetos por todos lados, risas y movimientos caóticos. Con el tiempo, los peques van anticipando la fase de recogida, recogiendo voluntariamente y empezando a clasificar cada objeto. 

Aprendizaje profundo y autonomía

Lo más poderoso del juego heurístico es cómo conecta exploración, pensamiento y autonomía. Cada acción, por simple que parezca, desarrolla habilidades cognitivas, lingüísticas, motoras y sociales:

  • Lo más evidente, desarrollan la motricidad fina y la coordinación óculo-manual: manipular objetos de distintos tamaños y texturas fortalece manos y dedos.
  • Los niños aprenden a clasificar y comparar: grande-pequeño, dentro-fuera, duro-blando.
  • Experimentan causa y efecto: si apilo demasiado, se cae; si lleno y vacío, comprendo la capacidad.
  • Desarrollan autonomía y decisión: eligen qué objetos manipular, cómo y durante cuánto tiempo.
  • Practican paciencia y concentración, porque cada acción requiere atención sostenida.
  • Integran normas y límites: mediante la guía sutil del adulto, comprenden cómo recoger y cuidar el material.
  • Conexión emocional: el adulto presente ofrece seguridad y vínculo mientras el niño se siente libre para explorar.

La magia está en que todo esto ocurre mientras ellos se divierten y sienten control sobre su acción. Es un aprendizaje intrínseco, profundo y duradero.

 

Una mirada pedagógica: más allá del juego

El juego heurístico nos recuerda que los niños aprenden mejor cuando tienen libertad y materiales interesantes, y que el aprendizaje no siempre requiere instrucciones ni juegos estructurados. En la primera infancia, los niños necesitan experiencias sensoriales, repetición y autonomía. El juego heurístico encaja perfectamente: desarrolla la capacidad de observar, experimentar y resolver problemas mientras el adulto acompaña respetuosamente.

Como madre, me reconcilia ver cómo algo tan simple como un tapón de corcho puede enseñar física, matemáticas, coordinación, lenguaje y colaboración. Y lo mejor: todo esto se logra sin presión, sin tareas forzadas, sin estrés.

El juego heurístico con objetos es un ejemplo claro de cómo la libertad guiada potencia la autonomía y el aprendizaje profundo. Los niños exploran, descubren y crean su conocimiento a su ritmo, mientras los adultos observamos, acompañamos y enseñamos sin imponer.

Para mí, como educadora y madre, cada sesión es una lección: de paciencia, de observación, de respeto y de amor por el aprendizaje auténtico. Es un recordatorio de que la infancia merece tiempo, espacio y confianza.

Si quieres acompañar a tu peque en este tipo de experiencias o necesitas orientación para implementar sesiones de juego heurístico en casa o en tu centro educativo, en nuestras asesorías y acompañamientos podemos guiarte paso a paso para crear un entorno seguro, rico y estimulante. Porque acompañar la autonomía desde los primeros años es, sin duda, uno de los mayores regalos que podemos hacer a los niños.

Descubre cómo podemos acompañarte en la implementación del juego heurístico en tu hogar o centro educativo y potenciar la autonomía de los niños desde la primera infancia. Solicita tu asesoría personalizada.

AUTOR: Marian Rodríguez. Mamá de dos, maestra de Infantil y Primaria, Asesora de familias y de centros educativos. 

 

17 de noviembre de 2025
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