Qué limita el movimiento libre de tu bebé
Qué limita el movimiento de tu bebé

Qué limita el movimiento libre de tu bebé.

«¿Ya tiene un año y medio y todavía no anda?” “¿Y cómo no le has comprado un andador?” ”¿Motívale dándole la mano…?” “El mío con casi 10 meses ya andaba de la mano…” Seguro que has vivido esta situación u otras parecidas en algún momento de la crianza ya seas mamá o papá. O incluso, como acompañante o educador cuando otra mamá se fija el movimiento de otro peque comparándolos con el suyo en el espacio del aula.

En general, tanto en la escuela como en las asesorías con familias percibo mucha preocupación por el tema del movimiento en los bebés. Pero luego, hablando o indagando, me doy cuenta de que hay muchas situaciones y actitudes comunes en las familias, que sin saberlo están impidiendo justamente el movimiento, que es justo lo que les preocupa.

En un principio aparecen muchas situaciones recurrentes en las que los adultos, estamos situando al bebé en posiciones que hacen que sea imposible que el movimiento libre se produzca. Miramos a los bebés siempre desde nuestras necesidades de adultos (trabajar a la vez que estamos con los peques, ir de compras, tener la casa recogida…) y no desde la necesidad de los peques.

Así que, los peques acaban en tronas, hamacas y sillitas para que nosotros los adultos podamos “hacer otras cosas mientras”. Y muchos me dicen… “¿si no le coloco en la hamaca, entonces donde le pongo?” Pues en el suelo… simplemente.

Difícilmente mi peque se va a mover si esta la gran parte de su día entre sillita de paseo (atado), trona (atado) y hamaca (atado). Pero a veces, no nos damos cuenta hasta que nos lo dicen y lo vemos con otros ojos. Muchas familias lo intentan, pero al final, la vida cotidiana, las tareas y el trabajo nos tragan. Y aunque tenemos buena intención, el peque empieza a moverse y vuelve a la trona o a la hamaca con un juguete (y si no hay suerte con la televisión o la tableta para entretenerse).

Sé que hay que conciliar y a veces sobrevivir. Pero es importante que al menos sepamos qué es lo que estamos haciendo.

Ponemos a los peques en situaciones en los que la posibilidad de movimiento queda muy reducida. Les colocamos en lugares donde les obligamos a adoptar posturas concretas para las que en muchos casos su cuerpo aún no está preparado, sin dejarles explorar los movimientos tan ricos que su cuerpo les permite.

Pero luego queremos que nuestros hijos e hijas se muevan, se pongan de pie, y al año (12 meses y un día) que anden. ¡Pero si no les dejamos movilidad!

Y unos meses más tarde, cuando comparamos con el vecino, el amigo o el sobrino, de repente nos damos cuenta de que “mi peque igual no está andando como debería”, o “el peque de mi hermana ya anda y el mío no”. Entonces nos preocupamos y tratamos de incentivarles la bipedestación y la marcha con artilugios que nos regalan o que nos hacen creer que nuestro peque necesita: como andadores, correpasillos….

Al final “es peor el remedio que la enfermedad” Y es que lo único que necesitan es simplemente ponerles en el suelo y darles tiempo. Tiempo para probar y ensayar. Para caerse y levantarse cien veces. Porque como decía la pediatra Emmi PIkler, Intentar enseñar a un niño algo que puede aprender por sí mismo no es tan solo inútil sino también perjudicial”

 

Algunos ejemplos de limitadores del movimiento.

TACATÁS Y ANDADORES

Impiden el buen desarrollo de la movilidad.

Los tacatás no son considerados seguros para los niños y niñas, debido al riesgo que tienen de volcar, la velocidad a la que llegan con ellos y a que además tienen más acceso a cosas peligrosas.

Además, impiden el buen desarrollo de la movilidad, su desarrollo motor no se lleva a cabo con normalidad, no cogen fuerza en las piernas ni apoyan los pies correctamente. Y no llegan al equilibrio corporal por sí mismos sino a través de un elemento externo.

La marcha autónoma no solo implica movilidad, sino también ser capaces de coger y manipular objetos, de agacharse y levantarse en este proceso. Además, le enseñamos al peque “rapidez” en vez de movilidad y hacemos trabajar la cadera sin que haya madurado todavía.

Además, según los datos de la Asociación Española de Pediatría (AEP), su utilización cuadriplica el riesgo de caerse por las escaleras. Pueden propiciar golpes de consideración en la cabeza, e incluso fracturas en brazos o piernas.

 

COLCHONES BLANDOS, COLCHONETAS, CAMA Y SOFÁ.

¿Has intentado andar alguna vez sobre una colchoneta? ¿a qué es más difícil?

Si el niño está sobre un colchón blando, el movimiento se ve muy reducido. Los peques necesitan una superficie que siempre responda de la misma manera, por eso el suelo es el mejor sitio.

 

TRONAS

Mantener a los peques atados tanto tiempo no es necesario.  Sentamos a los peques en tronas antes de que se sienten por ellos mismos y por comodidad del adulto que da de comer.

Si un peque no se sienta por si mismo, no deberíamos forzar a su columna a tener una postura no natural.  Y si ya ha obtenido el movimiento necesario, lo perfecto es que puedan salir y entrar por sus propios medios, además de tener apoyados los pies (cosa que les ayuda con el control postural y el equilibrio) y no tenerlos colgando como pasa en la mayoría.

Si la trona es un lugar para comer, cuando se acaba la comida no debería no existir ningún motivo para estar sentados en ella ¿no? (aparte de que los adultos les obliguen a que no se levanten)

 

HAMACAS

¿Te has preguntado alguna vez cuál es su finalidad real? ¿para qué sirven?

Yo creo que principalmente se usan por dos motivos: uno porque las venden y te hacen creer que sonindispensables, y dos porque es un elemento “conciliador”, les ayuda a calmarse con el balanceo y es una forma de que el bebé se quede “quietecito” y controlado mientras los adultos hacemos otras tareas. Otra vez un utensilio que mira por las necesidades del adulto y no por las del peque.

Está claro que, por unos pocos ratitos al día, no hay problema, pero la realidad es que muchos peques acaban durmiendo en la hamaca y por consiguiente están horas en ella. Hoy se sabe que el peque no debería permanecer en una hamaca más de media hora dos veces al día.

Se han demostrado que el uso excesivo de este elemento provoca deformidades craneales, impide que estire su cuerpo de manera natural o que aprenda a voltearse, hechos que se consiguen colocándole boca abajo para que levante la cabeza y coja fuerza en el cuello y en los brazos. Favorece la estimulación de la musculatura delantera en vez de la trasera, produce hiperestimulación visual, (los peques están obligados a ver muchas más cosas cuando apenas pueden verse las manos) y por descontado el bebé no tiene movimiento libre.

Y además puede volcar. Muchos peques se auto balancean y acaban saliéndose de la hamaca y volcando.

 

JUGUETES

Normalmente en un espacio donde hay un bebé hay multitud de juguetes. Muchos juguetes son igual a muchos estímulos y el bebé en realidad no necesita tantos. El primer juguete del bebé es su propio cuerpo, y desde la pedagogía Pikler se fomenta el uso de materiales que fomenten su movimiento en el propio suelo y que le aporten algo desde el punto de vista sensorial. Pocos materiales, pero de buena calidad y realizados con elementos naturales. Más no es mejor, es más.

 

LAS ALFOMBRAS DE JUEGOS

Las alfombras de juego están llenas de colores, dibujos, ¡números!, sonidos y elementos táctiles… tantos estímulos táctiles y visuales no le permiten escuchar su entorno ni su voz. Es difícil encontrar además un solo objeto que pongamos encima, cuando todo está ya tan lleno.

Para promover el movimiento, lo primero es proporcionar ambientes sin estrés visual o auditivo, donde al bebé le llame la atención un objeto y luego otro, y esto le genere ganas de moverse a cogerlo y a investigarlo. Mejor un ambiente silencioso o con música bajita.

 

PARQUES O CORRALITOS

Los parques son un sitio seguro que permite a los padres que el peque esté controlado, que no esté gateando por cualquier sitio, para que sepamos en todo momento dónde está, y estemos seguros de que no corre ningún peligro.  De nuevo esto nos permite a los padres y madres hacer otras cosas tranquilamente sabiendo que nuestro peque está bien.

Pero es muy importante que sepamos que:

El parque es un espacio muy reducido que le impide el movimiento, y también le impide desarrollar correctamente su control postural, su coordinación motora e integrar ciertos reflejos primitivos; por tanto, dificulta el correcto desarrollo motor y neurológico.

Desde el punto de vista visual, el parque acota su campo de visión, para el bebé en el parque sólo existe lo que hay dentro, y esto reduce su desarrollo de la capacidad de enfoque, de su flexibilidad acomodativa, de su visión binocular, de su visión en profundidad de las cosas. En resumen, no le permite desarrollar su visión lejana y tener una buena coordinación ojo-mano fina o gruesa.

Además, limita las posibilidades que tiene de gatear con los riegos para el desarrollo motor que sabemos que esto conlleva. Incluso es un riesgo físico grave cuando los bebés son capaces de ponerse de pie y el parque puede volcar.

El parque no debe sustituir a un espacio preparado para el bebé. Es preferible siempre el suelo; promueve el movimiento libre y no limita el desarrollo de la visión.

Y LO FUNDAMENTAL… ¡NUESTRA PROPIA ACTITUD!

 

Para que un niño pueda moverse en libertad necesita un adulto que se lo permita.

Los peques solo necesitan de nosotras, un adulto que esté presente, con una mirada respetuosa, sin intentar anticiparnos a sus movimientos, que no compare y que sepa esperar.  Esto es sencillo y a la vez ¡tan difícil con nuestro ritmo de vida! De hecho, el acompañamiento respetuoso es simplemente darles autonomía, amor, mucha paciencia y confianza en los procesos individuales de cada niño o niña.

La pedagogía Pikler se basa en la creencia de que los niños son seres autónomos y activos. Son capaces de desarrollarse por sí mismos, cuando se les proporciona un entorno seguro y respetuoso.

Observar y acompañar cada etapa del desarrollo con paciencia y amor es la receta infalible.  Si quieres empezar a mirar de otra forma las necesidades y comportamientos de los peques asómate a nuestros cursos. Puedes conocer más de la pedagogía de Emmi Pikler en nuestro curso Acompañando desde la mirada Pikler, o descubrir el desarrollo postural de tu bebé en el curso de Laura García La importancia del Boca Abajo.

Si quieres más información o necesitas asesoramiento puedes   a nuestro equipo de expertos

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AUTORA: Marian Rodríguez  Mamá y Maestra de Educación Infantil y Primaria.

25 de octubre de 2023
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