El Cesto de los Tesoros: qué es, beneficios y cómo prepararlo en casa.
Seguro que alguna vez has oído hablar del cesto de los tesoros. Quizás incluso lo hayas visto en Instagram acompañado de la etiqueta “cesto Montessori”.
Pero ojo, el verdadero origen de esta propuesta no está en Montessori, sino en Elinor Goldschmied (1910-2009), pedagoga británica y diplomada en Psiquiatría, que dedicó su vida a repensar cómo acompañar con respeto y libertad el desarrollo de los más pequeños.
Hoy lo encontramos en muchas escuelas activas y en hogares que apuestan por la crianza respetuosa, y su esencia sigue siendo la misma: ofrecer a los bebés la posibilidad de descubrir el mundo por sí mismos a través de objetos cotidianos.
¿Qué es el cesto de los tesoros?
El cesto de los tesoros es, literalmente, una cesto bajo (normalmente de mimbre, yute u otro material natural) llena de objetos de la vida diaria que los bebés pueden manipular, explorar y experimentar con todos sus sentidos.
Está pensado para niños y niñas de 4 a 12 meses, aproximadamente desde que son capaces de sentarse por sí mismos y sin apoyo, hasta antes de que empiecen a gatear con soltura, y aun entonces sigue llamando su atención.
No es un juguete comercial ( aunque ahora lo venden en “kit” en tiendas on line) , ni una actividad guiada. Es una propuesta educativa que se basa en la curiosidad natural del bebé, en su necesidad de tocar, probar, agitar, golpear y descubrir por sí mismo el mundo que le rodea.
👉 Lo más bonito es que no se trata de enseñarle “para qué sirve” cada objeto, sino de observarle explorar cada objeto y dejar que construya su propio aprendizaje.
El espíritu detrás de esta propuesta
Esta propuesta les proporciona la capacidad de descubrir el mundo que les rodea desde la investigación, por sí mismos. En este sentido el “estilo” de Elinor conecta perfectamente con el de Emmi Pikler; ambas mujeres defienden la importancia del respeto hacia el momento madurativo y evolutivo del niño en el que el adulto sólo es un observador, una presencia que no interfiere en la acción del niño: es éste quien actúa desde su íntima voluntad y construye libremente su aprendizaje.
El Cesto de los Tesoros por tanto no es un juguete sino un juego, es una propuesta educativa pensada para ofrecer a los bebés una actividad de exploración y juego; una manera de aprovechar la actividad espontánea de niños y niñas para su propio beneficio.
Elinor Goldschmied compartía con Emmi Pikler la idea de que el adulto debe ser un observador presente, no un director de la acción.
Así en el Cesto de los Tesoros, el bebé es el protagonista:
- Decide qué objeto coger.
- Lo explora a su ritmo.
- Lo suelta cuando pierde interés.
- Lo vuelve a elegir si le atrae de nuevo.
Este respeto por los ritmos y la autonomía del niño conecta también con principios de la pedagogía Montessori: la libre elección y la actividad autónoma que son claves para el desarrollo del pensamiento lógico y de la confianza en sí mismos.
Beneficios del cesto de los tesoros
Podría parecer una propuesta simple —una cesta con objetos—, pero su riqueza educativa es enorme.
En esta etapa los niños muestran gran interés por todo lo que le rodea; tienen la ventana abierta a la investigación. A través del cesto de los Tesoros, el peque puede averiguar por sí mismo qué posibilidades creativas le dan los objetos que se encuentran a su alrededor. Cuando los bebés son capaces de sentarse en el suelo, empiezan a querer interactuar con el ambiente, pasan más tiempo despiertos, y tienen necesidad de coger, tocar, saborear cada cosa que se encuentra en su entorno, simplemente porque están descubriendo su mundo.
Algunos de los beneficios más destacados son:
- Estimulación sensorial completa
- Tacto: texturas, temperaturas, densidades.
- Vista: colores, formas, brillos.
- Oído: ruidos al agitar o golpear.
- Olfato: aromas de frutas, plantas o madera.
- Gusto: fase oral, cuando los bebés exploran con la boca.
- Psicomotricidad fina
Al coger, soltar, pasar de una mano a otra, meter y sacar objetos. - Capacidad de concentración
Pueden pasar largos ratos explorando un objeto concreto. - Toma de decisiones y autonomía
El bebé elige qué explorar y cuánto tiempo dedicarle. - Descubrimiento de cualidades físicas
Pesos, tamaños, sonidos, temperaturas. - Juego libre y creativo
No hay instrucciones, no hay normas, solo curiosidad.
En pocas palabras: el cesto de los tesoros es un laboratorio de vida a escala bebé.
¿Cómo preparar un cesto de los tesoros en casa?
Lo mejor de esta propuesta es que no requiere gastar dinero en juguetes sofisticados.
Con un poco de atención y creatividad puedes montar tu propio cesto en casa.
El cesto ideal
- Material: mimbre, yute o madera (evitar plástico).
- Tamaño: unos 35 cm de diámetro y 12 cm de altura. Que haga que el contenido quede a la vista de los niños, y el material quede a su alcance.
- Base ancha para que no vuelque.
- Sin asas que puedan engancharse.
Criterios de seguridad
Antes de llenar el cesto, revisa siempre los objetos con estas claves:
- Que sean lo suficientemente grandes para que no se los puedan tragar.
- Que no tengan piezas pequeñas que puedan desprenderse al golpearlos o chuparlos.
- Sin bordes cortantes ni astillas.
- Lavables o desechables (si son frutas o elementos naturales).
- Ante la duda → mejor no lo incluyas.
Y lo más importante: nunca dejes al bebé solo con el cesto. Tu presencia es lo que garantiza su seguridad, y siempre debemos estar ahí para observar y acompañar.
Ideas de objetos para el cesto de los tesoros
Elinor Goldschmied recomendaba incluir una gran variedad de materiales para enriquecer la experiencia. Pero en realidad, no hay unos objetos mínimos o imprescindibles que deban ir en el cesto de los Tesoros, pero sí debería existir una muestra de materiales; en general metal, madera, material natural como piedras, palos, conchas… y telas. Y a ser posible evitar el plástico que apenas ofrece información sensorial.
Aquí tienes una lista práctica que puedes usar:
Objetos cotidianos: Cucharas de metal.,Cepillo de madera, Llaves grandes, Monedero de tela, Brocha de maquillaje limpia que no suelte pelo, un peine, una esponja pequeña, un disco de algodón, un calcetín, un monedero…ovillo de lana, cepillo de dientes de madera o bambú, cepillo de pelo de los mismos materiales…
Objetos naturales: piñas, hojas, pequeños trozos gruesos de ramas de árboles, conchas, piedras grandes y lisas. …
Telas y fibras de diferentes texturas: objetos de cuero, lana, raso, seda, retal de cualquier tela, algodón, una etiqueta..
Madera: anillas, hueveras, rodaris, sonajeros de madera…
Metal: Tapa de conserva ,Molde de galletas, Cucharilla pequeña, Flanera, Campanita o cascabel.
Vidrio resistente: un bote de crema facial vacío, un tarro pequeño de mermelada…
Papel y cartón: una huevera, un cartón de papel higiénico, una caja pequeña, un libro pequeño con imágenes…
Alimentos (uso único)
Esto quiere decir que si son elementos naturales como una naranja, tendrán un solo uso, después deberemos desecharlos (o consumirlos nosotros), pero nunca dejarlos para la siguiente sesión de juego. Limón, naranja, mandarina, manzana, plátano…
Sugerencias a la hora de elegir los objetos:
- Ningún objeto de plástico: a penas ofrecen información sensorial
- Ofrecer variedad de texturas: olores, pesos, formas, sonido, color, brillo. Intentar incluir materiales que estimulen todos los sentidos.
- Preferibles los objetos hechos de materiales naturales.
Objetos habituales en casa : Esos que sabéis que llaman la atención de vuestros peques ; llaves, cucharas… (esos objetos que están acostumbrados a ver y que en general no les dejamos para que manipulen libremente)

¿Cómo mantener vivo el interés?
El secreto está en la renovación constante.
Cuando veas que tu peque ya ha explorado a fondo todos los objetos y pierde interés, cámbialos por otros nuevos.
Puedes incluso crear cestos temáticos:
- De un solo color.
- Sólo de metal.
- Sólo de madera.
- Inspirados en una estación del año.
Así, cada vez el bebé se sorprende con nuevas posibilidades. Aunque te sorprenderá la capacidad de volver y volver a explorar una y otra vez los mismos objetos.
El papel del adulto
Tu rol es fundamental, pero no para “enseñar”, sino para acompañar desde la observación.
- Colócate cerca, sin interrumpir.
- Observa cómo elige, cómo investiga.
- Disfruta de sus descubrimientos. Sonríe cuando te enseñe un objeto o devuélveselo cuando lo lance.
- Intervén solo si hay un riesgo o si te necesita.
Verás cómo, en esos ratos de concentración, tu bebé se conecta profundamente con lo que hace. Y tú, con él.
El cesto de los tesoros es mucho más que una cesta con objetos:
- Es una invitación a la exploración.
- Una forma de respetar los ritmos del bebé.
- Una manera sencilla de enriquecer su desarrollo sensorial y motor.
- Y sobre todo, una oportunidad para maravillarnos observando cómo aprende.
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Descubre cómo acompañar a tu peque con materiales sencillos y mucho respeto.
AUTOR: Marian Rodríguez. Mamá de dos, maestra de Infantil y Primaria, Asesora de familias y de centros educativos.



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